¡Por fin has terminado de escribir! ¡Felicidades! Ahora toca publicar la novela, imprimir los catálogos de la empresa para la feria o subir los textos a Internet.
Un momento... ¿Seguro que está todo perfecto?
Aunque escribas muy bien y hayas repasado el texto un montón de veces, es probable que se te hayan colado algunos detalles, como faltas de ortografía, comas mal situadas, discordancias gramaticales, repeticiones innecesarias y frases enrevesadas que solo entiendes tú, pero que nadie más sabrá descifrar. Todo esto puede interrumpir el ritmo de lectura e indignar a tus lectores o clientes, cosa que seguramente quieres evitar.
Las obras de los mejores escritores pasan por unas cuantas correcciones antes de salir a la luz. Y tus textos... ¿por qué no?